top of page

RELIGIÓN

La iglesia maradoniana: cuando la pasión se mezcla con la religión

| Por Christian Oviedo

 

La diversidad religiosa muestra fenómenos que no siempre tienen una explicación racional. Maradona despertó sensaciones en su época futbolística.  Sus jugadas, sus gambetas y sus goles quedarán registradas en la memoria de los amantes del fútbol. Y todo lo hacía con un plus especial, con un toque distintivo que por momentos parecía ser una persona de otro planeta. Sus fanáticos lo amaban, lo idolatraban. Para ellos, el fútbol se ha convertido en una religión, y toda religión necesita de un Dios a quien rendirle culto. Además de haber inspirado tantas pasiones, también inspiró una nueva creencia.  

Así nació la iglesia maradoniana en Argentina, una parodia a la religión cristiana con la finalidad de idolatrar la figura de Diego Maradona a partir de su magia y habilidades explayadas en el campo de juego a lo largo de su carrera, llevada a la devoción religiosa, con sus propios dogmas, mandamientos, credos y oraciones.

 Este movimiento lúdico religioso surgió en la ciudad de Rosario, y su veneración por el crack argentino llevó a su difusión por todo el mundo, llegando a países lejanos como Finlandia, Israel, Italia, entre otros. Los impulsores de esta corriente religiosa fueron Hernán Amez y Héctor Campomar, y juntos, proyectaron la idea de rendirle culto a Maradona en el año 1998, el mismo día de su nacimiento, un 30 de Octubre.

 El “D10S” del fútbol, así lo llamaron sus fieles fanáticos, aludiendo al número de su camiseta como símbolo de su doctrina. El ser supremo capaz de hacer lo que quisiera sobre el verde césped. Omnipotente y omnisciente, el crack con el poder absoluto de dominar a la perfección este deporte.

 La idea de esta congregación cumple con la función de expresar el agradecimiento por la figura de Diego Maradona a todo lo realizado en el campo de juego, y su compromiso por vestir la camiseta del seleccionado argentino, llevándolo a la gloria con la consagración del campeonato del mundo de México de 1986.

Sus fundadores sostienen que están lejos de faltarles el respeto a los creyentes de otras comunidades religiosas, y que simplemente esta iglesia está avocada meramente a lo deportivo y, como simbología, la imagen de Maradona a todo lo demostrado en el fútbol, a partir de su gran destreza y técnica característica de su juego. Para los integrantes de la iglesia maradoniana, la previa del partido es un buen momento para la reflexión y para sumar voluntades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todos los años, en vísperas del aniversario al nacimiento de Diego Maradona, la iglesia maradoniana celebra la navidad de “D10S”, convocando a todos sus fieles a participar de la ceremonia. Ocho personas vestidas con túnicas blancas dan por comenzada la ceremonia de veneración, con un similar desarrollo del ritual a la cristiana, pero convertida en alegoría deportiva, utilizando pelotas y botines como componente de un rosario, entre otros ejemplos.

Al momento de rezar, la oración utilizada por sus fieles es “El Diego nuestro”: “Diego nuestro que estás en las canchas. Santificada sea a tu zurda, venga a nosotros tu magia. Háganse tus goles recordar en la Tierra como en el Cielo. Danos hoy la magia de cada día, perdona a los ingleses, como nosotros perdonamos la mafia napolitana, no nos dejes caer en off-side y líbranos de Havelange y Pelé. Diego.”       

Asimismo, se celebra la pascua maradoniana recordando los históricos goles de Diego a los ingleses en el Mundial de 1986, tanto el primero, concretado con la mano; como el segundo, en la corrida memorial eludiendo a los jugadores británicos incluyendo al arquero. 

Como método de aceptación a la congregación, aquel interesado a participar dentro de la comunidad  deberá realizar el rito de adopción, imitando el gol con la mano a los ingleses, con el lanzamiento de la pelota hacia arriba imitando la asistencia de Valdano, y emulando el salto memorial de Maradona, engañando como aquella vez a las personas presentes en el estadio y al propio árbitro del encuentro, Ali Bin Nasser. Una vez finalizado el ritual, se dará por finalizada la ceremonia con una imitación a la señal de la cruz: “En nombre de la Tota, Don Diego, y el fruto de su amor”, en referencia a los padres de Maradona, como representación de María y José en el cristianismo. Se estima que aproximadamente unas 80.000 personas forman parte del fanatismo por el ex capitán del seleccionado argentino, con participación de entusiastas de todas partes del mundo.

Además, aprovechan su comunidad para realizar ceremonias de vínculos conyugales, bajo el compromiso de “la Biblia maradoniana” y una pelota que “nunca se manchará” (en mención a una de las frases célebres de Maradona), y el juramento de los comprometidos en reconocer a Diego “como el mejor jugador de la historia del fútbol”  

El sentimiento de fanatismo y devoción por Diego no tiene límites. La pasión futbolera cruzó las fronteras de la religión, y sus miles de seguidores por todo el mundo creen en sus gambetas y sus goles como un milagro provocado por una persona de otro mundo. La locura de rezar y glorificar a un jugador de fútbol es lo que generó Maradona en el mundo. Dejando de lado la mimetización de la religión cristiana, todo esto no es más que la expresión de cariño y de amor hacia el ídolo futbolístico que tanto emocionó a sus fanáticos, por tantas alegrías brindadas a partir del simple contacto de su zurda con la pelota y por lo que generó en el mundo con sus habilidades con la redonda.    

Graffiti callejero
bottom of page