
Sociedad
El día que Maradona gambeteó a la muerte
| Por Christian Oviedo
El 4 de enero del año 2000, Diego Armando Maradona tuvo que ser internado de urgencia en el sanatorio Cantegrill, situado en la ciudad uruguaya de Punta del Este, a raíz de un cuadro grave de salud producto del consumo de drogas.
Además de haber eludido a sus rivales, también esquivó a la muerte. Fue el 4 de Enero del año 2000, en el verano de Punta del Este. A las 14: 30 hs, Diego Armando Maradona fue ingresado de urgencia al Sanatorio Cantegrill por una sobredosis de cocaína, en estado de coma .
La historia del hecho fue desmenuzada por protagonistas del suceso y salieron a la luz distintos relatos del motivo, por el cual, Diego fue llevado a la clínica, ya que su vida corría riesgo. En primera instancia, se dijo que, a raíz de una herencia crónica de hipertensión arterial que recibió de su padre, Don Diego Maradona, el “Diez” tuvo que recibir asistencia médica de urgencia. Sin embargo la razón de la causa de la internación fue distinta a la anterior.
El representante y mano derecha del “Pelusa”, Guillermo Cóppola, reveló el momento que vio a Maradona sin demasiados signos vitales y las maniobras que realizó para intentar reanimarlo. El representante se dirigió hacia la cabaña ubicada en la chacra del empresario argentino, Pablo Cosentino, en el balneario José Ignacio, donde se encontraba Diego, ante un grave cuadro de descompensación. A Maradona le faltaba el aire, su rostro estaba muy inflamado y transpiraba sin cesar.
Enseguida Cóppola llamó de urgencia a varios hospitales cercanos a la zona en donde se encontraban ambos, pero ninguno se atrevió a hacerse cargo de la situación crítica de Maradona, por temor al cargo de conciencia a que le sucediera lo peor. Sin embargo, entre tantas llamadas apresuradas, un médico de un hospital de la localidad del balneario La Barra respondió ante el pedido de auxilio del manager del “Diez”.
El doctor que atendió a Maradona fue Jorge Romero, un joven médico recién egresado de la universidad. Con poco rodaje profesional y baja experiencia, uno de sus primeros pacientes sería nada menos que el astro del fútbol mundial. Ante el grave cuadro de salud que atravesaba Diego, Romero no dudó en llevarlo de urgencia a un sanatorio cercano. El panorama era desolador. Ya casi no podía respirar y las chances de que pudiera sobrevivir eran pocas.
Rápidamente cargaron a Maradona en la camioneta de Cóppola y se dirigieron velozmente hacia un hospital cercano, eliminando por completo la versión de que “Pelusa” fue el que condujo su propia 4x4 y que sólo se sentía mal sin estar grave de salud.
Según las propias palabras del Doctor Romero, contó que el manager de Diego se tomó el tiempo de detenerse en una estación de servicio para cargarle combustible al vehículo, a pesar del comprometido estado de salud del “Diez”.
Finalmente llegaron al sanatorio Cantegrill de Punta del Este, ingresando a la clínica con un Maradona en estado de coma y con pocos signos vitales.
El cuadro oficial que presentó Diego fue una arritmia ventricular e hipertensión artificial, producto de un consumo excesivo de cocaína, sumado a una ingesta de alcohol en abundancia, determinado en los análisis de sangre y orina.
Los rápidos procedimientos que aplicaron los médicos, como la aplicación de un tubo semirrígido en la boca para facilitar la circulación del aire, permitieron que Diego continuara con vida pero aún con síntomas graves que perjudicaban su salud.
Mucho se habló del cómo podía haber llegado los estupefacientes en manos del “Diez”. Siempre el entorno de Maradona estuvo en el foco de la cuestión, y más aún de los que lo acompañaron en sus vacaciones en Uruguay. Los nombres de su propio manager y acompañante, Guillermo Cóppola, junto con el representante de jugadores argentinos, Pablo Cosentino; y el relacionista público, Carlos Ferro Viera.
A raíz de esta situación, el Tribunal de Apelaciones de Montevideo interrogó solamente a Cóppola, ya que fue el único presente en el hecho de descompensación de Maradona. Sin embargo, los jueces Eduardo Lombardi, Jorge Ruibal Pino y Amelia Núñez, determinaron que el empresario no tuvo responsabilidad ni complicidad con la obtención de las drogas que consumió Diego, por lo que tampoco hubo la necesidad de sentenciarlo a cumplir una condena de prisión preventiva.
Finalmente, el 18 de enero del año 2000, Maradona recibió el alta médica y cuatro días después decidió continuar con la etapa de rehabilitación en Cuba.
Es así como el “Diez” pasó las horas más drásticas de su vida, jugando con la vida y la muerte, a raíz de un problema de adicción a las drogas que marcó gran parte de su etapa futbolística, y la que culminó con su brillante carrera.
